Omar Farías Luces - El llano venezolano tiene
muchas particularidades, entre ellas, una gran producción lechera que abastece
la demanda de producción quesera en toda Venezuela.
Mis recorridos por los
caminos de Venezuela me han mostrado que el queso venezolano, es una de las
grandes potencialidades gastronómicas. Esto también lo he contrastado en
viajes y conversaciones que han estado fuera del país.
El queso venezolano tiene
particularidades que le hacen estar por encima de otros, no solo en la Latinoamérica,
sino en otras latitudes.
En cierta ocasión, durante mi infancia, me sorprendió gratamente ver la preparación de queso en una quesera
llamada La Medianía, un sitio de parada obligatoria, en donde se puede comer
toda la variedad de quesos que preparan y además acompañarlo con cachapas,
natillas o hallaquitas de maíz tierno o chicharrón, ¡una verdadera delicia!
Unos grandes ventanales separan el exterior, con el espacio
en donde se prepara el queso y recuerdo
haber visto a los productores, frente a grandes calderos, remover y remover,
levantar y levantar, para lograr la consistencia del queso.
No cabe duda de que
esta es una gran labor, que requiere conocimiento, que no todos podemos
adquirir, hace falta vivir en el campo y conocer sobre sus secretos.
La variedad de quesos
en Venezuela es diversa; desde el queso de mano, duro, el guayanés, entre
muchos otros, todos son excelentes y sus sabores son inigualables; y no
exagero al decir que son inigualables, es difícil hallar quesos de tanta
calidad, en los países que nos rodean.
Son tradiciones y saberes
ancestrales, que han sabido sobrevivir al tiempo y hoy se mantienen vigentes,
más que nunca.
Por supuesto, siempre es bueno degustar un buen queso
importado, a pesar de que en Venezuela se produzcan algunas variaciones de
queso parmesano, por ejemplo, el original y mejor, es el traído de Italia. O el
queso roquefort, que se prepara en Francia.
La producción de quesos
en el mundo y en Venezuela, son procesos lentos, muchos de ellos conllevan un
tiempo de añejamiento, que al final, otorga los sabores más característicos
a cada uno.
Algo que realmente me agrada es poder degustar en mi mesa,
distintas variedades de queso. Valoro
enormemente, cómo en Venezuela aprovechamos esta pequeña parte de la riqueza
gastronómica y lo hemos sabido complementar. No creo que los tequeños, las
cachapas y las arepas fueran lo mismo, sino estuvieran acompañadas de buenos
quesos.
Me satisface saber que en Venezuela existen excelentes productores de queso, que hacen de esta labor un
noble arte, reconocido fuera de nuestras fronteras.
Decidí conversar un
poco sobre este tema, porque sé que en cada una de las queseras venezolanas, se
ponen en marcha herramientas de gestión y desarrollo empresarial, que les
hacen procurar un crecimiento sostenido.
Además de no solo
crear modelos de negocios, extremadamente rentables, también reconozco en los
productores, su aporte para la cultura y el acervo venezolano, creo que es
eso, lo que más me llena de satisfacción y me hace reconocerlos.
Me gustaría invitarlos
a que en sus próximos viajes por Venezuela, tengan la oportunidad y el tiempo
de detenerse algunos minutos en cualquier quesera que encuentren en su
camino y se fijen de la riqueza que tiene la producción de quesos en Venezuela.
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