Por
Omar Farías Luces
Una parte importante en la
labor de una empresa es la negociación, ya que ni es un arte ni
obedece a un guion aprendido, sino que se trata de una habilidad que los buenos líderes han interiorizado para emplear en
todos los ámbitos de su vida, tanto profesional, como personal.
Si se sigue una buena
metodología, se pueden alcanzar los objetivos
en el cierre de acuerdos estratégicos, convenios laborales, en el reparto del
trabajo diario o hasta la venta de ideas nuevas.
Entre las metodologías más
eficientes se encuentra el Método
Harvard, ya que con 10 claves
reúne la información necesaria para lograr una excelente negociación.
1.-
Preparar la relación: Potenciar las relaciones en un equipo de
trabajo es una labor indispensable. Ser capaz de unificar a un grupo de
personas en pro de un objetivo común, aportará la capacidad y desempeño para
obtener las metas propuestas.
2.-
Planificar para no improvisar: La planificación es la
primera fase del proceso de negociación, y se caracteriza por ser informativa.
Para esto es necesario elaborar una hoja de ruta, que será útil para no olvidar
áreas importantes, mantener un mayor orden y tener claridad en las conversaciones.
3.-
Estudiar y mejorar las alternativas: Siempre existen alternativas
a la negociación, pero cuando nos sentamos a llevarla a cabo, es porque esa
negociación podría ser la mejor solución a una necesidad. El Método Harvard
trabaja en torno a estas alternativas y la forma en que podemos aprovecharlas a
nuestro favor.
4.-
Escuchar antes que hablar: Un buen negociador es un buen
“escuchador”, ya que esto no es lo mismo que oír. Escuchar implica utilizar los
oídos, los ojos y el corazón para percibir la intención, la emoción y los
sentimientos de nuestro interlocutor.
5.-
Conocer las alternativas de la otra parte: La contraparte
también tiene planes B. En tanto y cuanto seamos capaces de conocer y
comprender sus otros planes, podremos obtener un mayor rendimiento del proceso
de negociación, en todos los sentidos.
6.-
Separar a las personas de los problemas: En una buena negociación se sabe
cuidar la relación con el otro, al tiempo que se busca un buen acuerdo común.
Hay que tener control y gestión de las emociones, para centrarlo solo en el
problema que ocupa.
7.-
Trabajar en torno a opciones: Hay que buscar las opciones
de mutuo beneficio, para que las dos partes salgan ganando.
8.-
Buscar criterios legítimos de los objetivos: Frecuentemente, argumentamos
en base a percepciones subjetivas, que son legítimas sólo desde nuestra
perspectiva. Una negociación basada en intereses debe centrarse en criterios
legítimos que puedan ser asumidos como neutrales por ambas partes, de forma que
se estrechen los espacios de debate.
9.-
No dejarse llevar por evaluaciones emocionales en el cierre: Las
emociones pueden empujarnos a acuerdos mal terminados. Antes de cerrar y
dejarnos llevar por sentimientos de prisa o, simplemente, evaluaciones
incorrectas del éxito, un buen negociador realiza ciertas comprobaciones
objetivas para calibrar el resultado.
10.-
Practicar, practicar y practicar: La habilidad para negociar
se aprende y se entrena como una habilidad deportiva o cualquier capacidad
profesional. Para proceder de forma ágil cuando hay algo importante en juego, es
necesario haber practicado en entrenamientos dirigidos como en pequeñas
negociaciones de menos importancia, así como diariamente.
Muchas veces el éxito de una empresa depende de las
negociaciones que se lleven a cabo tanto en el ámbito profesional, como en el
escenario interno, con los empleados, dependiendo de las situaciones que se
presentes, por lo que es indispensable tener en cuenta estas claves y ponerlas
en práctica para lograr los objetivos.