Por: Omar Farías Luces
Según estudios realizados por especialistas, el 20% de la población se identifica posponiendo sus actividades continuamente, dejándolas todas para último momento y dejando pasar oportunidades, por falta de diligencia y organización.
Este no es un problema de gestión del tiempo o de planificación, es una cuestion de actitud, que se presenta como respuesta a un estilo de crianza autoritario, por padres controladores, que impiden que los niños desarrollen la capacidad de autorregularse.
Para dejar el hábito de aplazar las actividades pendientes, solo debes:
- ·
Determina
la hora del día en la que es más eficaz.
- ·
Aprende
a manejar el tiempo eficientemente.
- ·
Anticipa
las consecuencias de tus actos.
- ·
Establece
un sistema de recompensa para ti mismo.
- ·
Modifica
tus tareas de manera que sean afines con tus habilidades.
- · Define un “tiempo límite” para lograr tus deberes.
Lo más importante es el manejo del tiempo y para lograrlo es necesario que tengas claros los objetivos, priorices tus tareas y construyas hábitos que te ayuden a organizarte mejor.
Por otra parte, debes
dejar los malos hábitos y sobre todo, aprender a decir que no, ya que el hecho
de complacer a otras personas puede desviarte de tus planes y convertirse en la excusa perfecta para posponer.
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