Omar Farías: Así podrás aplicar efectivamente el liderazgo humilde


Por Omar Farías Luces

En la entrega anterior hablamos sobre los que es el liderazgo humilde, sus aspectos y los beneficios que se obtienen al ponerlo en práctica, pero ¿cómo se puede desarrollarlo?.

Lo primero que debes saber al respecto, es que necesitarás hacer uso de tu consciencia, aplicar la bondad, tener voluntad, ejercer el razonamiento, ser capaz de criticarte tu mismo, llenarte de tolerancia, emplear la escucha activa y afectiva, además de la observación neutral.

Con estos tips podrás llevar a cabo efectivamente el liderazgo humilde:

1.- Autoconocimiento: Debes saber liderar tu vida para poder guiar a los demás. La educación formal e informal y el desarrollo personal, son aspectos importantes que van de la mano con la inteligencia emocional, flexibilidad y adaptabilidad para gerenciar adecuadamente a un grupo de personas.

2.- Comunicación y conexión: No temas a mostrarte vulnerable, si te dejas llevar por el ego, tendrás como resultado una conducción poco efectiva. Recuerda que los roles de hoy exigen de flexibilidad para entrar y salir de las situaciones donde los vínculos humanos son esenciales. El líder humilde lo sabe, por lo que tiene una excelente comunicación, además, conecta e impacta emocionalmente a cada persona con la que interactúa.

3.- Admitir errores: El líder humilde sabe aceptar cuando se equivoca, enmendar sus errores y enfocarse en el propósito de cada acción y decisión; para esto es necesario dejar de querer tener la razón. Así podrán actuar asertivamente para ayudar a su equipo.

4.- Humanizar los vínculos profesionales: Las personas deben ser el centro del liderazgo humilde, por lo que es indispensable saber qué sienten y piensan para entender lo procesos individuales; de esta manera se crearán vínculos firmes y duraderos, más allá de lo profesional.

5.- Aprender las lecciones y continuar: En las personas siempre existirá lo que llamamos montañas rusas emocionales, y eso es natural, el objetivo es aprender de las lecciones que dejan los errores, fracasos y conflictos, para ejercitar la fuerza proactiva y la humildad.



 

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