Ahora que
vivimos tiempos en que lo único
invariable es el cambio y donde organizaciones pequeñas o recién creadas están resultando un
verdadero reto para la competencia, conviene revisar nuestra cultura organizacional y cerciorarnos si realmente
obedece a los objetivos propuestos, las aspiraciones del equipo laboral y las
exigencias del mercado.
Entendiéndose como el
conjunto de valores y creencias que guían el comportamiento del recurso humano
dentro de una empresa. La cultura organizacional se percibe como el régimen que
rige a una empresa; conformada además por su identidad y los atributos diferenciadores de la marca. La cultura
de una empresa es un conjunto de símbolos, prácticas e historias que la
cohesionan como un conjunto.
Lejos de lo
que pudiera pensarse, la cultura organizacional no es un cuerpo de códigos,
convenciones y atributos rígidos e inamovibles con los que hay que trabajar
indefinidamente, a pesar de cualquier circunstancia.
El
emprendimiento moderno precisa, ciertamente, de una cultura organizacional
sólida y bien definida, pero que también
sea objeto de evaluación y modificación a los fines de hacerla viable y
cónsona con los intereses de sus públicos, en especial de sus clientes.
Ahora se
requiere que esa cultura organizacional esté provista de una fuerte dosis de innovación ajustada a
una estrategia actual, competitiva y ágil, sea cual sea el tipo de negocio.
Visto de
esa manera, la cultura organizacional innovadora es una condición necesaria
para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado. De hecho se considera como
la única ventaja competitiva sostenible.
Las
empresas con cultura innovadora crean el futuro antes que las demás, fluyen con
el cambio y están preparadas para lo inesperado: tienen unos valores que les
permiten llegar antes que las demás a lo que sus clientes les solicita. De allí
la importancia de crear y mantener una cultura organizacional viable, escrutable, ajustable y con
capacidad de crecer y evolucionar al mismo ritmo que su entorno económico,
las particularidades del mercado y las exigencias de sus clientes.
Jay Rao y
Joseph Weintraub de la Universidad de Babson en Massachusetts establecieron que
en todas las culturas organizacionales innovadoras se fundamentan en 6 pilares:
1- Valores
Una empresa genuinamente innovadora
es la que decide invertir tiempo y dinero en emprender nuevos proyectos,
promover la creatividad y el aprendizaje continuo.
2- Comportamientos
Corresponde a un líder innovador crear
productos nuevos que superen los ya existentes, transmitir efectivamente sus
planes de futuro para animar a los empleados y tener estrategias para luchar
contra burocracia. A su vez, los empleados deben demostrar persistencia para
resolver las dificultades técnicas, saber hacer malabares con presupuestos
escasos y estar siempre atentos a las opiniones de los consumidores.
3- Clima
Un clima innovador promueve el
compromiso y el entusiasmo, anima a aceptar los retos en un contexto de riesgo
controlado, promueve el aprendizaje y pensamiento independiente.
4- Recursos
Fuerza laboral, proyectos y
sistemas. Siendo el recurso humano el elemento fundamental ya que impactan directamente
en los valores y el clima empresarial.
5- Procesos
El recorrido de la innovación a
medida que se desarrolla. Puede incluir lo que se llaman embudos de innovación,
usados para captar y analizar ideas, o sistemas estructurados en etapas para
revisar y priorizar proyectos.
6- Éxito
El reconocimiento externo nos
indicará que los clientes y la competencia consideran que la empresa es
innovadora, a la vez que servirá para mostrar si una innovación ha sido
económicamente rentable.
Debo resaltar el hecho de que la innovación no es una moda. La
innovación es una disciplina que se entrena en organizaciones para
valorar y cultivar la gestión innovadora. Ser innovador es una cualidad transversal que
afecta a todas las facetas de la vida, forma parte de la realidad del
emprendimiento, la gerencia, la dirección y el liderazgo.
Con estas bases fundamentales
tenemos un punto de partida para
construir una organización competitiva y adaptable a los cambios. En
próximas entregas compartiré algunas claves para lograrlo.
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