Omar Farías Luces – La Semana Santa es un
tiempo para reencontrarnos, con nosotros con aquellos que más amamos y que más
nos aman.
Estos días, que aparte de ser de asueto y
darnos la posibilidad de un poco de distensión, son para la reflexión, el
encuentro en familia. Es un tiempo para el agradecimiento y dar
el valor correcto a cada una de las cosas que poseemos en nuestras vidas, más
allá de lo material y tomando muy en cuenta lo espiritual.
La dinámica diaria a veces nos impide
agradecer por aquello que tenemos y que en ciertos momentos no advertimos y es
tan necesario para alimentar nuestro espíritu.
Ahora bien, esta Semana Santa, deseo que
todos los venezolanos alimentemos nuestro ser,
pero no simplemente por estos días, que a fin de cuenta pasarán. Intentemos
agradecer todos y cada uno de nuestros días, por nuestra vida, familia, seres
queridos, nuestras buenas decisiones, nuestros trabajos y por todo aquello que alimente nuestro ser y que
nos ayude a mejorar nuestra calidad como personas.
Soy un hombre profundamente católico, desde
pequeño aprendí a conversar con Dios y es él quien siempre guía mis pasos y
está conmigo en cada uno de los proyectos que inicio. Sé que Dios siempre ha
estado conmigo bendiciendo mis decisiones.
Entiendo que en el mundo existan quienes
aún no hayan podido encontrarse con Dios; para ellos sólo puedo decir que a
pesar de que no hayan sentido su presencia, tengan siempre en cuenta que él
siempre ha estado con ustedes y les envía su fuerza a diario.
A mi parecer la mejor forma de ser
católicos, creyentes y practicantes, es mostrando toda la bondad que habita en
nosotros, en diversas circunstancias. Dios está allí en esos pequeños actos de
fe y creencia que tenemos hacia el prójimo.
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